No quisiera finalizar estas líneas sin agradecer especialmente a mi hijo Rubén, el alma de la colección en versión 2.0 y por supuesto a mi querida esposa Ana por su comprensión, su apoyo incondicional así como la infinita paciencia que me ha dedicado a lo largo de estos años, acompañándome a todo tipo de lugares, en muchas ocasiones de lo más variopintos.
Jaime Sánchez
alma máter
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